lunes, 9 de febrero de 2009

5. Luego de dos semanas

El viernes pasado (6/2/09) logré al fin obtener mi número de seguro social, luego de una fila de dos horas en pleno centro de Washington. Ya tengo una de los principales identificaciones, ahora solo esperar otras dos semanas para que llegue tan ansiado documento y poder abrir cuentas bancarias y empezar un historial crediticio.
Esa noche quedé con Ericka encontrarnos en Dupont Circle y llevarla a Cafe Citron, un pequeño lugar con aires latinos que había conocido en la anterior estadía. Mi amigo Henrinho se acordará bien del lugar, en el cual la música mayoritariamente es latina. Es divertido observar como los nativos intentan bailar la salsa o el merengue como si de música pop se tratara, pero bueno, cada cual es libre de moverse como quiera y como pueda. Tuvimos que esperar como tres cuartos de hora por una mesa, pero la cena valió la pena, pues las gambas al ajillo estaban "mortales", como se diría en mi familia. Solo que tuve que hacerme el fuerte con el chile que traían, nunca se ha dicho nada en contra del Zorro respecto a las comidas latinas (¿ o sí?). El plato de Ericka estaba bueno, pero el postre estaba demasiado, demasiado... según su criterio. Ya saben, si quieren un toque latino, buena comida, música y una atención incomparable: Cafe Citron, a media cuadra de la estación de metro de Dupont Circle, sobre la Ave. Connecticut.




El fin de semana nos hizo un tiempo inmejorable, tomando en cuenta que todavía estamos en invierno, un sol radiante, 15°C y unos atardaceres para continuar en la calle. El clima nos permitió dar un vistazo por la ventas de vehículos que están en los alrededores, imaginen 7 concesionarias en fila en la misma calle. El problema es que solo podemos comprar de contado, por las razones expuestas en el primer párrafo. Así que esperaremos ahorrar lo suficiente para dejar de ser peatones. No obstante, el servicio de transporte público es muy eficiente, por $1,35 puedes ir a donde quieras, solo hay que saber correctamente el número de bus que hay que tomar. Por ejemplo, el domingo que fuimos a visitar a Gaby, tía Lilly y demás familares y nos aventuramos con la línea 61 a Germantown, el resultado fue que llegamos una hora después de lo previsto y tuvieron que irnos a buscar a una gasolinera. Pero bueno, habíamos metido cabeza de que podíamos llegar solos; para la próxima ya sabemos que es la línea 78!!! Al menos pudimos disfrutar por varios minutos de la luna que había esa noche. Recordé las historias de mi madre sobre las perdidas que se daba mi abuelo cuando salía a pesear.

Por otro lado, saludos a nuestros sobrinos Sergio y Hellen que el sábado pasado se unieron al club de casados. Esa noche nos llamaron mientras la mayoría de la familia estaba reunida y el domingo llamamos al resto de ella, es lo único difícil de esto: la distancia. Mañana cumple mi amigo del alma Rolito (autor del Diario de la tormenta), espero que su día sea como el del pronóstico: cielos despejados y sol radiante. Muchas bendiciones Rolo, abrazos desde acá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario