lunes, 13 de abril de 2009

17. Semana Santa... trabajando

Estos fueron los primeros jueves y viernes santos que pasé trabajando. En esta ciudad tan cosmopolita, donde convergen tantas nacionalidades como religiones, las celebraciones religionas pasaron desapercibidas. Ni siquiera la "Pascua" tuvo un lugar preponderante en la ciudad y sus alrededores, pues para ser sincero, lo único que vi en alusión a la fecha fueron los chocolates en forma de conejo que en el supermercado se vendían en rebaja.

Si bien la mayoría de representaciones en los países latinoamericanos cerraban desde el miércoles al medio día, en el "cuartel general" esos días transcurrieron como cualquier otros: mis vecinos del frente corriendo con los preparativos de la reunión internacional que tienen esta semana (ellos trabajan para el área del Caribe), mientras que yo coordinaba con Fazia y Rosina algunas tareas pendientes.

Por cierto, el miércoles pasado (8/4/09) Fazia - que es la economista encargada de CR - nos invitó a cenar a su casa. Preparó una de las pastas que más le gusta y como no recuerdo el nombre en italiano, les cuento que era una pasta con berenjera en una salsa de tomate especial.

El clima del fin de semana tampoco incitó mucho para salir. Una lluvia leve pero constante cayó desde el sábado en la mañana y el domingo aunque estuvo despejado, el viento era fuerte y frío. Dadas las circunstancias, decidimos realizar el curso de "alcohol y drogas" necesario para sacar la licencia de conducir. La idea me parece muy buena, concientizar sobre la mezcla fatal de alcohol y volante; no obstante, fueron las tres horas más aburridas que he pasado hasta el momento.

Bueno, sería injusto decir que las tres horas completas fueron terribles, pues el instructor hacía lo posible por hacer amena la clase, pero el tema y los recursos didácticos empleados eran - en términología del curso - un cóctel de somniferos. Con el perdón de mis colegas que imparten ese curso, algo así como cuando matriculé historía del pensamiento económico un viernes a las 7 p.m.
Lo que pasa es que los videos que nos proyectaron fueron filmados en la década de los 70, y los actores usaban la misma ropa y peinados que tiene mi madre en sus fotos de soltera; además el material escrito eran fotocopias de hojas escritas a máquina. No quedaba duda, que la "escuelita" de manejo de mi zona se quedó estancada en el tiempo. En ocasiones me pregunto si mi blog sufre del mismo problema, ¿quién mete a un economista a escribir de la vida?...

1 comentario:

  1. Y por què? Los economistas no estàn vivos? Bueno yo habìa supuesto algo asì, pero no de todos, solo de unos que andan como autòmatas por el Banco, pero jamàs creì que tuviera alguna comprobaciòn creìble!!

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